viernes, 28 de septiembre de 2012

De viaje: Castilla (I)

Primera entrada de una serie de fotos correspondientes a un viaje de dos semanas por diversos lugares de la geografía peninsular. Fue un viaje intenso, con muchas horas de coche y soportando, aunque muy a gusto, las altas temperaturas del verano español. Muchas de las ciudades visitadas han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como: Alcalá de Henares, Segovia, Toledo, Cáceres, Salamanca, Cuenca y Oporto (ya en Portugal).

Ayuntamiento de Cuenca.

Catedral de Cuenca.

Muchas de las fotografías fueron tomadas buscando buenos momentos de luz, es decir, a primera hora de la mañana y a últimas horas de la tarde, cuando el sol está más bajo dando una luz más cálida y suave.

Panorámica de la ciudad vieja de Cuenca, 7:30am.

Al fotografiar las famosas Casas Colgantes, fue mejor hacerlo algo más tarde, ya que a primera hora se proyectaba una gran masa de sombra que impedía el encuadre vertical que yo buscaba.


Casas Colgantes, imagen superior tomada a las 8.10am y esta a las 9:30am. 
Nótese como al avanzar el día la escena se vuelve más fría y contrastada.


Siguiente parada: Toledo.

Una de las cosas más difíciles al fotografiar escenas urbanas es conseguir integrar correctamente a la figura humana con el paisaje. A veces tienes localizado un encuadre y has de esperar hasta que alguien pase por donde tu quieras para encajarlo en la imagen. Con suerte, si uno no se cansa de esperar, tarde o temprano alguien pasará, y esperas que no te vea, ya que de lo contrario puede pasar por detrás de tí, aún pensando que te hace un favor. Otras veces tienes que correr para no dejar escapar el momento, como decía el gran Henri Cartier-Bresson, el "instante decisivo", momento en el que encajan todos los factores para hacer la toma, y en el que un instante antes o después ya no tendremos la foto esperada.

Reflejo de la Catedral de Toledo y escena urbana del casco antiguo.


Reflejo al atardecer de la ciudad de Toledo sobre el río Tajo. 20:40h.


Otro buen momento de luz que intentábamos aprovechar al máximo era al empezar a anochecer, momento en el que la fotografía nocturna muestran su mejor cara. Es un período de tiempo que en fotografía se conoce como "hora azul", y se caracteriza porque los cielos de las tomas nocturnas son todavía azules. Además, la poca luz natural que aun queda en la escena hará que en las zonas donde no llega luz artificial, se conserve todavía algo de detalle, provocando un menor contraste en la escena.

Una de las vistas más típicas, aunque no por ello menos bonitas de la ciudad, fotografiada
 en la hora azul. Imagen tomada con trípode a 3" de exposición y diafragma f/11. 21:44h.


Otra vista de la Catedral, esta vez en plena noche y sin trípode a 1/30 f/2.8 e ISO 1600.


El problema de fotografiar a la hora azul es que se trata de un período de tiempo bastante breve, quizás a lo sumo de unos veinte o veinticinco minutos. Eso implica saber de antemano que queremos fotografiar y estar allí en el momento idóneo. Al ser un período tan corto, lo normal es hacer una o dos tomas por noche, a no ser que apenas nos movamos del sitio.

Paseando por Alcalá de Henares aprovechando la hora azul. 
La cena ya vendrá después...con los deberes hechos. 21:46h.


Universidad de Alcalá, 15 minutos después de la imagen anterior. 
Exposición a 1/15 f/2.8 e ISO 1600.